Enclavada en la zona suroriental del Principado de Asturias, en unos de los entornos clave para la protección de los osos y diferentes especies en peligro de extinción, es uno de los itinerarios de senderismo más renombrados de la Cordillera Cantábrica.
Esta ruta sigue el trazado de la Calzada Romana más importante de Asturias que fue utilizada por los astures y los romanos, para comunicar el centro de Asturias con la ciudad de Astorga (León), y por los árabes para asediar al enemigo o para huir durante la Reconquista. Buscando salvar la barrera montañosa de la Cordillera Cantábrica, idearon un trazado de suave desnivel que enlazaba los cordales montañosos a través de pasos naturales y que, a su vez, les servía de perfecta atalaya desde la que divisar los profundos y peligrosos valles, evitando así las emboscadas de la población aborigen.
Partimos de los extensos prados de altura del puerto de San Lorenzo para ir descendiendo suavemente por vegetación siempre herbácea y en esta ocasión cubierta de nieve hasta uno de los puntos emblemáticos del recorrido: la elevada plataforma suspendida entre las montañas que forma la Vega de Cueiro.
Un día cambiante, con sol, una fuerte nevada, lluvia y viento, pero que nos respeto los suficiente para poder realizar la travesía programada.
Desde aquí y rodeando el pico La Corona descendimos por la sierra Il Contu, en la que aún se pueden identificar los vestigios de enterramientos tumulares, hasta la Braña La Forcada.
Descendiendo siempre entre praderías y pasando por la Venta de Porcabezas, llegamos hasta Dolía, por una camino con muchísimo barro.
Otro chaparron y otra vez el sol... y desde aquí entroncamos con la ruta de La Castañal para, entre bosques de castaños, salgueras, avellanos y laureles, llegar a Belmonte, completamente empapados pero contentos con la ruta realizada.
La ruta en endomondo.
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