Esta
entrada se me había quedado a medio hacer por falta de tiempo, y durante el
verano no era plan de meter una entrada de nieve… Pero ahora que ha caído las
primera nevada de este año y que parece que empieza la temporada, creo que es
buen momento.
Se
trata de otra de las buenas actividades de Splitboard que he hice el año pasado
y otra vez en una de las mejores compañía.
La
realizamos en Semana Santa, que fuimos a pasar tres días a la zona de los
Mampodres, ascendiendo un día a la Peña Ten (2.142 m.), otro al Pico del Lago
(2.009 m.) y otro al Pico Mongayo (1.849 m.), y aprovechando también para
escalar en Redipollos.
La
Peña Ten es una montaña que destaca en el paisaje, al ser una perfecta pirámide
solitaria enclavada en el norte de la provincia de León y limítrofe con la de
Asturias, dentro de las denominadas montañas de Riaño y dentro del parque
Regional de los Picos de Europa.
Llevaba
ya tiempo queriéndola subir, y mereció mucho la pena, con un descenso muy bueno
por unos de los tres circos que componen su vertiente sureste.
La
ascensión la iniciamos desde la localidad de La Uña, en el valle de Valdeburón,
última localidad antes de llegar al Puerto de Tarna.
COMO LLEGAR
Acceso
desde Riaño por la N-625 en dirección a Cangas de Onís y a 7 Km cogiendo el
desvio al Puerto de Tarna y Oviedo por la CL-635. Pasaremos por las localidades
de Burón, Lario y tras 8 km desde el cruce llegaremos a La Uña.
Pasamos
esta pequeña localidad y tras un estrechamiento rocoso en la carretera, 1 Km
después en una curca a la izquierda, hay la entrada a un camino a nuestra derecha
con una señal de madera que señaliza el PR-LE-20 (Puerto de Ventaniella), desde
donde iniciamos nosotros la ascensión.
Otra
opción es continuar otro kilómetro y medio hasta un área con mesas y buen
aparcamiento. Nosotros no lo conocíamos, pero al bajar vimos que te evitabas
una buena pateada por camino sin nieve.
LA
RUTA
Iniciamos
la ascensión por el camino de Ventaniella cruzando un puente sobre el río Esla,
que tiene su nacimiento en esta zona, en la fuente del Naranco en Valdosín.
En esa ocasión la pista la hicimos andando ya que no tenía continuidad de
nieve. Pasaremos por un estrechamiento con un llamativo muro de roca en la Peña
del Castiello y llegaremos al amplio valle de Valdosín, donde confluyen varios
arroyos. Y donde tras cruzar el Arroyo de las Corvas, nos calzamos los esquis.
Hasta aquí tenemos unos 2,5 Km de camino con muy poco desnivel.
Comenzamos
la ascensión por palas suaves de nieve, en las faldas de la Peña Ten, pasando junto a un gran ejemplar de
roble centenario.
Vamos
en dirección al estrecho del Vallejon de la Peña Ten, para a la altura de la
primera canal que tenemos a nuestra derecha, llamada “Pedrices de Peña Ten”, meternos
por ella, con una fuerte pendiente cercana a las 40º. Además ese día la nieve
en la canal estaba muy dura, siendo imprescindible el uso de cuchillas, incluso
yo tuve que quitarme las tablas y ponerme los crampones.
Según
vas ganando altura la pendiente se va atenuando y ya te permite foquear sin
mayores complicaciones por anchas palas con tendencia a nuestra izquierda hasta
llegar a la arista sur de la Peña Ten. En estas palas salvamos más de 500
metros de desnivel.
Al
llegar a la arista y asomarnos al primer circo, la nieve desaparece, haciendo
toda esta afilada arista con las tablas a la espalda. Son otros 150 m. de
desnivel por la arista pasando por encima de los dos primeros circos de la
vertiente sureste.
Desde
la cima de la Peña Ten (2.142 m.) las vistas son espectaculares, pudiendo ver gran parte
de la Cordillera Cantábrica y Picos de Europa.
Para
el descenso hay muchas y muy llamativas opciones, Nosotros optamos por bajar
andando hasta la separación de los 2 primeros circos para evitar las cornisas
que hay desde la cima. Y tirarnos por el circo central.
La
primera pala es la bomba!! Mucha nieve y fuerte pendiente… la nieve esta perfecta,
algo blanda, pero todavía permite disfrutar.
Seguimos
bajando gozando como gochos… al querer aprovechar bien el descenso y bajar
mucho desnivel, llegamos a un punto donde nos toca remontar andando para volver
a coger el valle del Arroyo de las Corvas. Otra pala fuerte y pasamos por la
Majada de las Corvas, con un pequeño refugio.
Desde
aquí es descender todo el Valle, hasta la confluencia de los arroyos por donde
cruzamos el arroyo durante la ascensión, pasando junto a otro refugio. Hemos
salvado unos 850 metros de desnivel desde la cima.
Y tras cruzar el arroyo seguimos descendiendo casi sin pendiente hasta que se acaba la nieve y de vuelta andando por el camino hasta la furgo.
Para
los perros fue una buena templa, pero disfrutaron como enanos, Yul tuvo hasta
tiempo de salir detrás de varios rebecos que nos salieron durante el descenso.
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