Ruta relativamente sencilla,
pero que no hay que menospreciar. Sobretodo hay que tener en cuenta en épocas
de lluvia o deshielo, ya que hay que cruzar en 3 ocasiones diferentes Rios y
Arroyos, que pueden hacer que nos toque dar la vuelta, Rio Lindes, Arroyo de la
Foz Pequeña y Rio de la Foz Grande. Ya
que aunque se supone que hay puentes, nosotros tuvimos la suerte de que un alud
de nieve tapaba el Rio de la Foz Grande, justo en el punto donde debería estar
el puente, el cual, parte de él se lo habría llevado el rio en alguna crecida,
y de no ser por el alud hubiera sido imposible cruzarlo por la fuerza que
llevaba el agua.
Probablemente en el Bar
Pixote de Lindes os puedan informar de como se encuentran de caudal los
diferentes rios/arroyos, o incluso la existencia o no de los puentes.
Otra recomendación es que os
descarguéis la información de la ruta antes, ya que en la zona hay poca
cobertura y en la ruta esta poco señalizada. Nosotros fuimos un poco a la
aventura y con un plano, la intuición y la suerte, disfrutamos mucho de la
ruta.
DATOS TÉCNICOS
DIFICULTAD: MEDIA
DESNIVEL:
Positivo 500 m.
Negativo 500 m.
HORARIOS: 3h-4h
TRACK: Descárgate
aquí el TRACK
COMO
LLEGAR
Lindes es una pequeña aldea
del Concejo de Quirós, se accede a ella por una preciosa y sinuosa carretera
(QU-4) desde la localidad de Santa Marina.
Santa Marina se encuentra en
el p.k 1,5 de la AS-230, carretera de acceso al Concejo de Quirós desde Pola de
Lena.
En Santa Marina nos
desviamos de la carretera hacia Lindes - Ricabo, cruzando por encima del Rio
Trubia, y desviándonos de nuevo a la izquierda en dirección a Lindes por la
QU-4.
Esta carretera discurre por
el fondo del Valle del Rio Lindes, por un precioso bosque de hayas y robles,
una carretera sinuosa que nos lleva tras 11 Km a Lindes, donde se acaba la
carretera.
Estacionaremos junto a la
Parroquia de Santo Tomas.
LA
RUTA
La ruta comienza en el cruce
de calles que hay junto al Bar Pixote. Al ser circular se puede hacer en ambos
sentidos, nosotros seguimos la señalización, y la comenzamos en el sentido de
las agujas del reloj.
En general la ruta está muy
poco marcada, algún hito esporádico y alguna señal de pintura, pero casi se
podría decir que no está señalizada.
El camino en este primer
tramo, pese a que el terreno en general no tenía mucha humedad, estaba muy
embarrado y pisado por vacas y/o caballos, y hacia que en algunos tramos
estuviera intransitable si no querías meterte de barro hasta el tobillo, por lo
que tuvimos que salirnos por las parcelas de los laterales y progresar
despacio.
Hayas, avellanos y prados
nos acompañan durante este primer tramo. Enseguida las hayas ganas
protagonismo, el camino desciende hacia el Rio Lindes. Un buen puente de
madera, nos ayuda a cruzar su cauce, aun así si baja muy fuerte tendremos que cruzar
un segundo tramo entre piedras. Hasta aquí no hay pérdida ya que el camino es
ancho.
Tras cruzar el rio nos tendremos
que fijar, ya que enseguida sale un senda hacia la derecha que se adentra en el
Hayedo (no está señalizado). La senda está bien marcada, pero hay que estar
atento. Este tramo es de los más bonitos, un precioso hayedo con ejemplares de
acebo, sobre el profundo valle del Rio Lindes y con vistas a la vertiente este
de la montaña que domina en esta zona, Peña Rueda (2.152 m.). Ascendemos por la
senda hasta que nos salimos del Hayedo a una zona de montebajo y espinos. Aquí
tenemos visión del siguiente tramo de la ruta, con la Foz Grande encajada entre
paredes y verticales laderas.
La senda se adentra en una
zona de espinos muy incómoda para progresar, aquí nuestros compañeros perrunos
lo pasaron peor que nosotros, una zona pinchona e incomoda, hasta que llegamos
al Arroyo del Esquil.
La senda se pierde ahora por
una gran pradera, y la recuperamos al final de la misma, descendiendo hacia el cauce
del Rio de la Foz Grande. La senda se adentra en esta impresionante Foz, con la
fuerza del rio y las Hayas, en un entorno salvaje.
Continuamos por la senda con
algún hito que nos guía, perdiéndose la senda en varias ocasiones. Ascenderemos
para cruzar Arroyo de la Foz Pequeña por el sitio que mejor veamos, entre
piedras, para descender de nuevo obligados por la orografía rocosa que nos
corta el paso hasta el cauce del Rio de la Foz Grande.
Pegados al rio progresaremos
por donde mejor podamos, no hay una senda definida, pero el terreno es
agradable. Llegamos al punto donde debería estar el puente sobre el rio de la
Foz Grande, en esta ocasión imposible de cruzar, de no ser por un alud de nieve
que tapaba el cauce y por el que pudimos cruzar a la otra orilla. Poco después
vimos unas tablas que debían ser el puente, inexistente en la zona de caudal
del rio. Por lo que no se por el alud nos hubiera tocado darnos la vuelta sobre
nuestros pies.
Desde este punto tenemos
unas espectaculares vistas de la vertiente norte del Fontán (2.409 m.). Si
continuáramos por la Foz Grande, llegaríamos a los Puertos de la Agüeria.
Nosotros tras cruzar el
cauce tomamos el ya bien marcado camino que asciende hasta El Collau (1.266
m.).
Desde aquí el camino ya es
descendente hasta Lindes, entre hayas y prados, descenderemos 350 metros de
desnivel en poco más de 2 km. Llegando al punto de inicio de la ruta sin
perdida.
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