Así que sobre la marcha
decidimos irnos a un corredor más sencillo y evidente. Optamos por el Corredor
de la Aguja, que yo ya había escalado, pero hace un montón de años acompañando
a Jesus, en mis primeros pinitos en esto del alpinismo.
En esta ocasión fui con
Willy, y la confianza, la experiencia y
las buenas condiciones, nos permitió realizarlo sin encordar, ya que la única
dificultad que presentaba, el resalte a mitad de corredor estaba muy
tapado por nieve y los 3 o 4 metros de
resalte, eran de un hielo en el que se traccionaba bien.
Ya hay varias entradas en el
blog, sobre Peña Ubiña, en ellas podéis ver el COMO LLEGAR y la APROXIMACIÓN:
Juego de Lagrimas, Gli Gli-Mari Paz,
Mari Paz- Gli Gli y la Integral de Ubiña.
En la aproximación la nieve
continua la pillamos en la curva que hace la pista a una altura de 1.550 m., las
condiciones desde aqui hasta la entrada al corredor, no eran muy buenas,
teniendo que abrir huella a mitad de espinilla, otro de los motivos por el que
nos decantamos por cambiar de actividad.
En la base de la aguja,
preparamos el material, nos pusimos el arnés y sacamos lo piolets y crampones,
dejando la cuerda de momento en la mochila hasta ver como estaba el resalte.
CORREDOR
DE LA AGUJA (300 m. III/3 70º)
El Corredor de la Aguja se inicia
por la canal que sale desde la misma Aguja. Este primer tramo a 45º es una pala
ancha, tramo común con “Juego de lágrimas”, que se va hacia la izquierda.
Croquis extraido de elmaquis.net |
Continuamos por la canal más
evidente, estrechándose y ganando algo de pendiente, un bonito tramo con
ambiente, pero sencillo, que nos lleva de frente a un muro, donde fácilmente en
su base haya una buena repisa de nieve.
En esta repisa es el sitio
perfecto para sacar el material, si fuera necesario, ya que el siguiente paso
es el diedro/resalte. Se podría montar reunión en este nicho o unos metros por
encima en la misma base del diedro.
Nosotros decidimos continuar
sin encordar, y asomarnos a ver el resalte, las condiciones eran buenas y el
hielo dejaba traccionar bien, así que continuamos. El resalte estaba muy tapado
y serían unos 3 o 4 metros algo más verticales, con hielo.
Al salir de resalte
continuamos por la canal de nieve a unos 55º, sin dificultades hasta la arista,
donde la visibilidad era muy mala, y no
se apreciaban los desniveles y además el viento soplaba con fuerza, no siendo
muy agradable.
La progresión por la arista
fue dura, por el frio, el viento, y la nula visibilidad. Aun así hicimos cima y
rápidamente por la misma arista hasta la antecima que da acceso al canalón Suroeste
Leones, para iniciar el descenso.
EL
DESCENSO
El descenso se realiza
normalmente por la pala de la vertiente suroeste Leonesa, para ello volveremos
por la arista hasta unos metros antes de la antecima, para tirarnos por la pala
a la izquierda, buscando las pendientes más suaves, hasta llegar a las faldas
de Peña Ubiña y ya tomar dirección a Torrebarrio.
En esta ocasión en vez de
descender por el canalón Suroeste, descendimos por la arista, por el que sería
la ruta normal estival, evitando así el riesgo de aludes, bastante alto por el
estado general de la nieve en esta vertiente sur.
De hecho al llegar al
Collado del Ronzón y echar la vista a tras hacia el canalón suroeste, había
muchas pequeñas coladas y unos metros más abajo un alud algo más grande. Desde
el alud la continuidad de la nieve se terminaba y continuamos por la senda
hasta el camino de la aproximación, donde este giraba a la izquierda, y por el
camino hasta el pueblo,
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